Debes identificar el nombre de las estrofas que aparecen a continuación.
El siguiente ejercicio se ha realizado tomando como base las siguientes obras:
1. ANTONIO QUILIS "Métrica española" Editorial Ariel. Barcelona,1989.
2. JOSÉ DOMÍNGUEZ CAPARRÓS "Métrica española". Editorial Síntesis Madrid, 2006.
Este ejercicio en realidad tiene tres niveles de dificultad. El que vas a realizar ahora es el del Nivel I. En él, cuando se elija cualquier respuesta, sea correcta o no, aparecerá la definición de la estrofa en cuestión. De esta manera, la continua lectura de definiciones de las distintas estrofas, te puede ayudar a reconocer las que vienen a continuación. Si terminas y quieres volver a cargar el programa, observarás que las preguntas están en el mismo orden, por lo que de esta manera, a fuerza de repetir, puedes ir memorizando y aprendiendo las distintas estructuras estróficas. En el nivel II, la única diferencia con el I estriba en que, cada vez que cargues el programa, las estrofas y las respuestas aparecen en un orden distinto. En el nivel III han desaparecido todas las definiciones de las respuestas y sólo aparece el mensaje de si la opción elegida es correcta o incorrecta. ¡Suerte!
Suelta mi manso, mayoral extraño, pues otro tienes tú de igual decoro; deja la prenda que en el alma adoro, perdida por tu bien y por mi daño.
Ponle su esquila de labrado estaño y no le engañen tus collares de oro; toma en albricias este blanco toro que a las primeras yerbas cumple un año.
Si pides señas, tiene el vellocino pardo, encrespado, y los ojuelos tiene como durmiendo en regalado sueño.
Si piensas que no soy su dueño, Alcino, suelta y verásle si a mi choza viene, que aún tienen sal las manos de su dueño.
Lope de Vega
Cuarteto
Soneto
Villancico
Alguna vez me angustia una certeza, y ante mí se estremece mi futuro. Acechándole está de pronto un muro del arrabal final en que tropieza.
Jorge Guillén
Cuarteto
Cuarteta
Serventesio
Valerosos, enérgicos, tranquilos, caminan sin dudar hacia un futuro que tramándose está con estos hilos de un presente en fervor de claroscuro.
Jorge Guillén
Cuarteto
Cuarteta
Serventesio
La tarde más se oscurece; y el camino que serpea y débilmente blanquea, se enturbia y desaparece.
Antonio Machado
Cuarteta
Redondilla
Cuarteta asonantada
Luz del alma, luz divina, faro, antorcha, estrella, sol... Un hombre a tientas camina; lleva a la espalda un farol.
Antonio Machado
Redondilla
Cuarteta
Cuarteta asonantada
Por una mirada un mundo por una sonrisa un cielo, por un beso, yo no sé qué te diera por un beso.
G. A. Bécquer.
Cuarteta asonantada
Redondilla
Cuarteta
Al que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija.
Refrán
Pareado
Terceto
Redondilla
Avaro miserable es el que encierra la fecunda semilla en el granero, cuando larga escasez llora la tierra.
V. Ruiz de Aguilera
Terceto
Tercerilla
Soleá
Yo quiero ser llorando el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas, compañero del alma, tan temprano.
Alimentando lluvias, caracolas y órganos mi dolor sin instrumento, a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento. Tanto dolor se agrupa en mi costado, que por doler me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado, un hachazo invisible y homicida, un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida, lloro mi desventura y sus conjuntos y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos, y sin calor de nadie y sin consuelo voy de mi corazón a mis asuntos. ...
Miguel Hernández
Villancico
Tercetos encadenados
Zéjel
Sueña el rico en su riqueza, que más cuidados le ofrece; sueña el pobre que padece su miseria y su pobreza; sueña el que a medrar empieza, sueña el que afana y pretende; sueña el que agravia y ofende; y en el mundo, en conclusión, todos sueñan lo que son, aunque ninguno lo entiende.
Calderón de la Barca
Décima
Octava real
Villancico
Granada, Granada de tu poderío ya no queda nada
Villaespesa
Terceto
Tercerilla
Soledad
El ojo que ves no es ojo porque tú lo veas; es ojo porque te ve.
Antonio Machado
Soledad
Tercerilla
Terceto
Vistie a los desnudos, apacie a los famnientos, acogie los romeos que vienen fridolientos, daba a los errados buenos castigamientos que se peniteciasen de todos fallimientos.
Gonzalo de Berceo
Cuaderna Vía
Cuarteto
Seguidilla
Vida, pues ya nos cansamos de andar uno y otro juntos, tiempo es ya de que riñamos, y en el trance a que llegamos vamos riñendo por juntos.
Miguel de los Santos Álvarez
Quinteto
Lira
Quintilla
Desierto está el jardín...De su tardanza no adivino el motivo...El tiempo avanza... Duda tenaz, no turbes mi reposo. Comienza a vacilar mi confianza... El miedo me hace ser supersticioso.
Ricardo Gil
Quintilla
Quinteto
Lira
Si de mi baja lira tanto pudiese el son, que en un momento aplacase la ira del animoso viento, y la furia del mar en movimiento.
Garcilaso de la Vega
Quintilla
Lira
Quinteto
Al bello resplandor de vuestros ojos mi pecho abrasó Amor en dulce llama y desató el rigor de fría nieve, que entorpecía el juego de mi alma, y en los estrechos lazos de oro y hebras sentí preso y sujeto al yugo el cuello.
Fernando de Herrera
Sextina
Sextilla
Copla de pie quebrado
No son raros los quejidos en los toldos del salvaje, pues aquel es bandalaje donde no se arregla nada sino a lanza y puñalada, a bolazos y a coraje. José Hernández
Sextina
Sextilla
Copla de pie quebrado
Recuerde el alma dormida, avive el seso e despierte contemplando cómo se passa la vida, cómo se viene la muerte tan callando...
Jorge Manrique
Copla de pie quebrado
Sextilla
Sextina
Assí lamentaua la pía matrona al fijo querido que muerto tú viste, faziéndole encima semblante de triste, segund al que pare faze la leona; pues donde podría pensar la persona los daños que causa la triste demanda de la discordia el reyno que anda. donde non gana ninguno corona.
Juan de Mena
Copla de arte mayor
Octava real
Octava italiana
En el lumbroso y fértil Oriente, adonde más el cielo está templado, vive una sosegada y dulce gente, la cual en sólo amar pone cuidado. Ésta jamás padece otro accidente si no es aquél que amores han causado; aquí gobierna y siempre gobernó aquella reina que en la mar nació.
Boscán
Octava italiana
Copla de arte mayor
Octava real
Tu aliento es el aliento de las flores; tu voz es de los cisnes la armonía; es tu mirada el esplendor del día, y el color de la rosa es tu color. Tú prestas nueva vida y esperanza a un corazón para el amor ya muerto; tú creces de mi vida en el desierto como crece en un páramo la flor.
G.A. Bécquer.
Octava real
Octava italiana
Copla de arte mayor
¡Quién menoscaba mis bienes? Desdenes. Y ¡quién aumenta mis duelos? Los celos. Y ¡quién prueba mi paciencia? Ausencia. De este modo, en mi dolencia ningún remedio se alcanza, pues me matan la esperanza desdenes, celos y ausencia.
Miguel de Cervantes
Décima
Ovillejo
Romance
Voces de muerte sonaron cerca del Guadalquivir. Voces antiguas que cercan voz de clavel varonil. Les clavó sobre las botas mordiscos de jabalí. En la lucha daba saltos jabonados de delfín. Bañó con sangre enemiga su corbata carmesí, pero eran cuatro puñales y tuvo que sucumbir. Cuando las estrellas clavan rejones al agua gris, cuando los erales sueñan verónicas de alhelí, voces de muerte sonaron cerca del Guadalquivir.
F. García Lorca *
Romance
Ovillejo
Décima
Era del año la estación florida en que el mentido robador de Europa, media luna las armas de su frente, y el Sol todos los rayos de su pelo, luciente honor del cielo, en campos de zafiro pace estrellas, cuando el que ministrar podía la copa a Júpiter mejor que el garzón de Ida, náufrago y desdeñado sobre ausente, lagrimosas de amor dulces querellas da al mar; que condolido, fue a las ondas, fue al viento el mísero gemido, segundo de Arïón dulce instrumento. Del siempre en la montaña opuesto pino al enemigo Noto, piadoso miembro roto, breve tabla, delfín no fue pequeño al inconsiderado peregrino que a una Libia de ondas su camino fïó, y su vida a un leño (...)
Góngora
Silva
Romance
Décima
Dicen que me case yo: no quiero marido, no.
Mas quiero vivir segura nesta sierra a mi soltura, que no estar en ventura si casaré bien o no.
Dicen que me case yo: no quiero marido, no.
Madre, no seré casada por no ver vida cansada, o quizá mal empleada la gracia que Dios me dio.
Dicen que me case yo: no quiero marido, no.
No será ni es nacido tal para ser mi marido; y pues que tengo sabido que la flor yo me la só.
Dicen que me case yo: no quiero marido, no.
Gil Vicente
Romance
Zéjel
Décima
Para adorar al Mesías viajan los Reyes de Oriente.
La estrella, signo anunciado, se manifiesta en el cielo, les guiará en largo vuelo hacia el lugar revelado por oráculo sagrado, donde habita el Sol naciente.
Para adorar al Mesías viajan los Reyes de Oriente.
Sin miedo a los desafíos, movidos por su esperanza, por su fe, por su confianza, intrépidos y bravíos, recorren montes y ríos, con espíritu valiente.
Para adorar al Mesías vienen los Reyes de Oriente.
Traen cansancio del camino, en la mirada el desierto; su corazón late abierto para albergar al divino Soberano, peregrino en este valle doliente.
Para adorar al Mesías vienen los Reyes de Oriente. ... ... ...